Uno de los sectores más dinámicos y en expansión es, sin duda, el de los juegos de azar. En particular, para las dos últimas generaciones más estudiadas de nuestro tiempo, los Millennials y la Gen Z.
Aunque con matices diferentes, en cuanto a preferencias personales y actividades propuestas, el universo del juego sigue gustando. El mercado no ha experimentado ninguna crisis, ni en el periodo Covid, ni en periodos de incertidumbre como el actual, entre la guerra y la inflación.
Cifras récord que, obviamente, han crecido en 2022 y es probable que vuelvan a crecer este año. En resumen, las previsiones son las que son: el futuro de la industria del juego está en pleno ascenso y las nuevas innovaciones tecnológicas no hacen más que añadir piezas a un mosaico cada vez más completo.
Pero detrás de un producto que se considera de éxito, están los jugadores, la punta del iceberg de un largo proceso que empieza desde lejos. Es decir, de las casas de software en particular, los desarrolladores de juegos.
A la hora de elegir un casino online en España o Latinoamérica (puede consultar nuestra lista aquí), siempre hay muchos factores a tener en cuenta, como la popularidad de la marca, los bonos de bienvenida
y las promociones ofrecidas. Pero uno de los aspectos que la mayoría de los jugadores consideran antes que otros, por supuesto, es la variedad y calidad de los juegos ofrecidos. Éstos difieren de una plataforma a otra en función de los proveedores de software que cooperan con los operadores de juego.
La vida de los desarrolladores de software no es en absoluto sencilla. De la tableta gráfica al 4K, el del desarrollador de juegos es un camino largo y sinuoso que requiere experiencia, así como un conocimiento amplio y profundo no solo del juego, sino de la realidad en la que se va a integrar.
Una carrera llena de obstáculos que comienza en la fase de esbozo del proyecto, es decir, cuando el equipo discute el producto que se va a crear. Y que continúa en las fases de realización: el diseño, el entorno, la trama, los personajes, el protagonista. Obstáculos que aumentan cuando se entra en el terreno tecnológico: hay que probar la jugabilidad, seleccionar el diseño de sonido, probarlo y adaptarlo. Por último, los largos periodos de prueba, los tráilers, las versiones demo. El lanzamiento real, el momento final, es el decisivo: el éxito, o el fracaso, de dos, cinco, diez años de trabajo de una casa de software depende del juicio de un grupo de usuarios.
El tiempo no siempre es sinónimo de calidad, aunque muy a menudo es decisivo en la creación de un producto ganador que tiene que satisfacer necesidades.
Hoy en día, en un mundo que ha cambiado sus hábitos y costumbres, el storytelling ocupa un lugar definido e importante. La narrativa de un juego ya nos da una idea del éxito, o no, del título en sí, sobre todo en el ámbito de las tragaperras online. Luego están todas esas características técnicas que hacen que el juicio se incline hacia un lado u otro. Pero lo más importante -y aquí es donde se pone a prueba la grandeza de un desarrollador- es el nivel de fascinación que la historia consigue despertar en el jugador. Y aquí es donde entra en juego la psicología: la empatía, la compenetración, los valores y sentimientos compartidos son factores discriminantes necesarios que hacen grande al juego. Que, al fin y al cabo, nunca es sólo un juego.
