Hay algo fascinante en ELK Studios y es cómo una empresa tan joven ha conseguido colarse entre los grandes del sector sin hacer demasiado ruido. Fundada allá por 2012 en Estocolmo, esta compañía llegó cuando ya parecía que todo estaba inventado en el mundo de las slots online. Y sin embargo, aquí están, demostrando que a veces la frescura puede más que la experiencia.

Lo que más llama la atención es su filosofía particular. Mientras otros proveedores se dedican a sacar juegos como churros, los de ELK prefieren tomarse su tiempo. No tienen ni 50 títulos en su catálogo, pero cada uno está trabajado con un mimo que ya no se ve mucho. Es como comparar una hamburguesa de McDonald's con una de esas que hacen en un sitio especializado: ambas cumplen su función, pero la experiencia no tiene nada que ver.

Sus slots son... diferentes. "Sam on the Beach" o "Wild Toro" no son solo juegos; son pequeñas experiencias que enganchan de formas que uno no espera. Tienen esa capacidad de sorprender que tanto se agradece cuando alguien lleva años viendo lo mismo una y otra vez. Eso sí, si el jugador prefiere algo sencillito para pasar el rato, igual le abruman un poco. Sus juegos piden cierta atención, no son para jugar mientras se ve la televisión.

Una decisión que tomaron muy bien desde el principio fue apostar por los móviles. Cuando la mayoría todavía diseñaba para ordenador y luego adaptaba como podía, estos ya pensaban mobile-first. Claro que esto también tiene su cruz: al ser tan perfeccionistas, tardan más en sacar novedades. Si alguien es de los impacientes que quiere contenido fresco cada mes, ELK no es su proveedor.

Hablando de paciencia, sus juegos no son precisamente para principiantes. La volatilidad está por las nubes en la mayoría de títulos. Esto significa emociones fuertes y la posibilidad de conseguir buenos golpes, pero también rachas en las que el saldo puede sufrir más de la cuenta. Es ese tipo de experiencia que o encanta o agobia, no hay término medio.

Resulta interesante también que no estén en todos lados. No es que sean elitistas, pero sí que eligen bien con quién trabajar. No se van a encontrar sus juegos en cualquier casino cutre que se abra mañana. Prefieren la calidad a la cantidad, tanto en sus juegos como en sus socios. Esto tiene la ventaja de que cuando alguien ve el logo de ELK en un casino, ya sabe que el sitio tiene cierto nivel.

Lo que quizás les falta es un poco más de ruido mediático. No son muy dados a la autopromoción, lo cual tiene su encanto pero a veces pasa factura. Hay jugadores que ni siquiera conocen la marca, cuando sus juegos están entre lo mejor que se puede encontrar ahora mismo.

Al final, ELK Studios es un poco como ese restaurante pequeño que uno descubre por casualidad y del que sale pensando "¿cómo es posible que no tenga más fama?". No van a cambiar el mundo del casino online de la noche a la mañana, pero desde luego están poniendo el listón muy alto para el resto. Y en un sector donde a menudo prima la cantidad sobre la calidad, eso se agradece más de lo que creen.